miércoles, 2 de mayo de 2012

Los estudiantes de Comunicación de la UMA preocupados por la radiación.


NOTICIA:

El pasado 10 de febrero, Demetrio Brisset, catedrático de Ciencias de la Comunicación de la Universidad de Málaga (UMA), alertaba en "El Observador" de los posibles daños para la salud que el tendido eléctrico de alta tensión cercano podría causar en los alumnos y docentes de su Facultad. Brisset señala que la aparición de cáncer de tiroides en algunos habituales de las instalaciones de Comunicación podría tener que ver con el alto nivel de radiaciones electromagnéticas de la zona, aunque esta relación no está aún comprobada científicamente. La construcción de un nuevo aulario junto a la Facultad ha vuelto a poner el debate sobre la mesa, ya que el nuevo espacio se encuentra aún más cerca del tendido y, por lo tanto, más expuesto a las radiaciones. La preocupación de los estudiantes no se ha hecho esperar.
Tras la publicación en esta revista de la tribuna de este catedrático, numerosos alumnos de Comunicación, en especial de Publicidad, se hicieron eco de esta noticia en las redes sociales. La mayoría aludía irónicamente al “Campus de Excelencia” para denunciar la situación, y otros utilizaban el hashtag en Twitter de #enlaumapasa para difundir el artículo. Sin embargo, un grupo de alumnos ha ido más allá, contactando con "El Observador" para saber más acerca del tema. El autor del correo electrónico, Adrián Borrego, hablaba en nombre de “un conjunto de alumnos muy preocupados” por el voltaje en las aulas. En declaraciones posteriores, Borrego afirma que a través de la red social Facebook los alumnos de Publicidad han creado un intenso debate acerca de la tribuna de Brisset.  

"Me estuve informando anoche sobre lo que son los nanoTeslas y corrientes alternas, cosas de física en general, y hasta ojeé el BOE” nos cuenta este alumno de Publicidad cuyas declaraciones son síntoma de que la noticia ha calado hondo entre los estudiantes afectados. Cristian Ramírez, alumno de Comunicación, no puede ocultar su sorpresa cuando la redacción de CICO le muestra los planos que Brisset publicó la semana pasada, que indican la radiación existente en la Facultad de Ciencias de la Comunicación. Ramírez señala que ya había percibido la afluencia de torretas eléctricas en todo Teatinos. Paula Carrión estudia Psicología y aunque no está afectada directamente por el tema, se solidariza. “Si hubiera sospechas de radiación en mi Facultad, nos quejaríamos”. Además, defiende el posible soterramiento de las instalaciones eléctricas. “Si hay una mínima posibilidad de que puede afectar a la salud pública, hay que actuar”, declara convencida.


  
Además del educando, el personal administrativo y el cuerpo docente también pasa horas en el centro y está igual de expuesto a la radiación supuestamente perjudicial. El vicedecano de Relaciones con las Empresas, Alfonso Cortés, ha luchado contra la torreta desde que las primeras informaciones vinculantes de cáncer y radiaciones saltaron hace varios años. Desde el Rectorado se han escuchado las quejas de Comunicación y han solicitado al Ayuntamiento el soterramiento o el desvío del tendido. Cortés va más allá. “No es sólo un problema de la Universidad. Es un problema de urbanismo. Miles de familias tienen tendidos eléctricos cerca y no lo saben”, afirma. 

La redacción de CICO desarrollará en un futuro reportaje en profundidad la posible radiación nociva en las aulas de Comunicación. Pese a que se trata de un tema complejo, donde los últimos estudios científicos no han logrado llegar a una conclusión fiable, intentaremos llegar al fondo del asunto para satisfacer a los alumnos que reclaman más información sobre un asunto que toca, posiblemente, lo único intocable en la Universidad de Málaga: la salud de los que la forman. 

Publicado en: www.revistaelobservador.com 

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